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Basta de culpas y exigencias, en serio

Publicado: 11 de Febrero 2018
Vida de mamá
Foto: IG @julimonsalveblog
Foto: IG @julimonsalveblog

“No les dedico tiempo suficiente a mis hijos”, “no he sabido enseñarle a comer de todo a Laurita”

“Pablito se resfrió porque no le cambié la pijama mojada en la madrugada”,

“He descuidado a mis amigas” 

​“Casi no converso con mi esposo”… ¿Les suena conocido? 

Muchas veces, nos consideramos un desastre por no cumplir con todas las exigencias que nosotras mismas nos imponemos -sí, aunque la exigencia venga de afuera, eres tú quien la acepta.

Mi esposo, cuando me entra el agobio por querer hacer demasiado y demasiado bien, me dice:

“Una cosa a la vez”. ¡Una cosa a la vez! ¿Cómo se come eso? Ni con cuchara, ni con cucharita, ni con tenedor.

No, señor, las madres no podemos. Mientras damos de comer a uno, planchamos el pantalón del otro y atendemos una llamada del trabajo.

Y yo me pregunto, ¿por qué?

Y yo me respondo: Porque queremos.

Ser mamá es sacrificado, es un dulce sacrifico, en realidad; es un sacrificio que nunca terminamos de agradecer porque nos llena el alma y el corazón… pero en este mundo todo tiene un límite, y no refiero a la entrega, sino a que no podemos seguir haciéndonos daño con nuestro martilleo mental culposo e incesante.

Si desabrigaste a tu bebé y se resfrió, ¿qué? ¿Acaso lo hiciste a propósito?  

No creo, probablemente pensaste que tenía mucho calor y más bien quisiste aliviarlo.

Si llegas a tu casa a las 8:00 pm y tus nenes se duermen 8:30 pm, ¿eres una maldita ausente por esa insulsa media horita en la cual estás con ellos?

Tú saliste a tiempo, tú pusiste Waze para llegar lo más pronto posible y no te detuviste a comprar agua, pese a que te morías de sed. Hiciste lo que pudiste, tus hijos necesitan dormir y ellos saben, aunque pienses que no, que los amas. 

Haces, hacemos lo que podemos. No podemos más, no somos hadas madrinas y no tenemos que sentirnos culpables por ello. Eso tiene que hacer que te valores, que te sientas muy bien contigo y que confíes en que tus hijos estarán bien.

Recuerda: Ellos siente contigo: si tú estás bien, ellos también; si tú estás estresada, terminarás haciéndoles el daño que tanto temes. Por eso, cuídate y respétate. Explícales, si están en edad de entender, que mamá necesita un tiempo para bañarse sola y tranquila porque, si no, luego se vuelve un ogro.

Si tienes bebecitos muy bebecitos, habla con tu esposo y que los cuide un rato mientras das una vuelta a la manzana, o miras por la ventana, o te pintas las uñas.

Tú no solo eres mamá, eres mujer, y las mujeres somos muy creativas:

Encuentra tu lugar, tu espacio, y no te sientas egoísta por ello: tus hijos no necesitan a una mamá estresada, agobiada y en el suelo, no. Si quieres que sean felices, tú debes dar el ejemplo.

Por supuesto, en realidad me estoy diciendo todo eso a mí misma. Aplicaré, lo prometo.

Majo Salazar de Hidalgo para Naran Xadul

Majo es comunicadora y mamá bloguera 

blog: mama-majo.com / facebook.com/lamamamajo

Colaboro con: http://www.mamasbloguerasperuanas.com

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