Dime cómo llora tu hijo y te diré lo que te está tratando de decir
Los bebés lloran para comunicarse con el mundo que los rodea. El llanto es la primer manera de expresión del recién nacido y su primer intento de relacionarse con su mamá y cuidadores.
Llorar es su manera de decir que necesitan atención y cuidado. Nos pueden decir si tienen hambre, están cansados, incómodos o aburridos. Comunican si se sienten solos, infelices o tienen frío. Cuando sus mensajes son recibidos y obtienen una respuesta, les es más fácil conectar con otras personas y regular sus emociones. Sentirse escuchados les ayuda a tener seguridad y confianza en el mundo.
Cada bebé tiene su propio llanto, y conforme su mamá lo va conociendo, más fácil se vuelve saber e identificar qué necesita el bebé.
Aun así, se pueden identificar los principales tipos de llanto del bebé. Estos comunican sus necesidades básicas:
1. Llanto de hambre
El llanto más básico y frecuente. Suele tener un sonido rítmico: el bebé llora y para por un momento, y así continúa. Es corto, regular y persistente. El bebé busca amamantar: buscará el pecho de mamá o se meterá las manos a la boca. Si se pone atención, se puede observar que el bebé muestra signos de hambre desde antes de comenzar a llorar. Por ejemplo, busca a mamá, se mete las manos, juguetes o ropa a la boca, o abre la boca como si fuera a succionar.
2. Llanto de enojo
Es un llanto rítmico, el bebé expulsa un exceso de aire. Suena muy fuerte y es intenso, como un quejido. Dura más que el llanto de hambre. También puedes checar si tiene frío o calor, o si necesita un cambio de pañal. Quizá algo lo está incomodando y por eso se enoja.
3. Llanto de dolor
No hay signos antes de que comience, mientras sí suelen surgir signos antes de los llantos de hambre y enojo. Inicia de manera repentina. El bebé aguanta su respiración, tiende a cerrar los ojos, mover sus brazos, piernas o arquear su espalda. Es agudo, el que más llama la atención y se debe reaccionar rápidamente.
4. Llanto de frustración o atención
Cuando el bebé se siente frustrado o quiere llamar la atención, suelta dos o tres lloriqueos prolongados sin aguantar la respiración. También puede ser por aburrimiento.
5. Llanto de cansancio
Cuando el bebé está sobreestimulado y cansado, suele comenzar a llorar. Para evitar esto, hay que estar al pendiente de cuánto tiempo lleva despierto y si ya le toca dormir. Puede sonar como si el bebé estuviera tosiendo. Inicia despacio, pero el tono se va elevando y volviendo más intenso conforme pasa el tiempo. Suele ir acompañado de bostezos, el bebé se toca los ojos y la cara, evita contacto visual y evita voltear hacia los estímulos.
6. Llanto de miedo
Puede sonar como un llanto de dolor, pero el bebé mantiene los ojos abiertos. Es importante entender el contexto: un ruido repentino, una persona desconocida, un lugar nuevo. Ocurre en un contexto específico, es momentáneo e intenso.
Es importante recordar que conforme el bebé crece, sus patrones de llanto cambian, y sus cuidadores podrán identificar más rápidamente lo que necesitan hacer para calmarlo. Para evitar que el bebé llore intensamente, es importante reconocer qué tipo de llanto es e identificar qué se puede hacer para evitar o aliviar su angustia.
Calmar al bebé y prestarle atención, respondiendo a su llanto, lo ayudará a reconocer sus emociones, crear una mejor relación con sus cuidadores, y sentir seguridad y control en el mundo.
Aunque sea difícil calmarlo, recuerda que es importante ser paciente y aunque no le atines a la primera, tu bebé sentirá confianza y seguridad. Poco a poco, irás comprendiendo lo que tu niño quiere comunicar.