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Perdiste la paciencia y le diste un manazo a tu hijo. ¿Qué sigue?

Publicado: 22 de Julio 2019
Emociones de mamá
Foto IG @senaenelson
Foto IG @senaenelson

No me sentí ni tantito orgullosa. Me dieron ganas de llorar, de hecho.

Había tenido una mañana complicada y mi hijo decidió que en un lapso no mayor a cinco minutos le jalaría la cola a la gata, voltearía el plato de croquetas, tiraría el jugo de naranja, abriría el bote de leche y vaciaría el polvo completito en el piso.

Todo esto, antes de tener que salir corriendo a la cita con el pediatra. Cuando me di cuenta, ya le había pegado un grito y soltado un manazo. Casi inmediatamente me convertí en la mujer más miserable que había pisado la tierra.

Me puse en cuclillas, justo a su altura, y le pedí una sincera disculpa. Me pasó por la mente justificar el golpe con un: “es que, mi amor, no debes de tirar las cosas”, pero recordé las palabras de uno de mis maestros, Álvaro Bilbao, –psicólogo, neuropsicólogo y autor de El cerebro de los niños explicado a los padres–, y omití la justificación. 

Como bien dice Álvaro, los niños no deben ser agredidos nunca, bajo ningún motivo. Sin embargo, si algún día cruzas esa línea, aquí hay algunos consejos sobre cómo proceder: 

  • 1. Asúmete como un ser humano imperfecto, reconoce tu error y reflexiona sobre aquello que te hizo perder la paciencia. En mi caso, lo que detonó mi reacción fue que no había sonado el despertador, razón por la cual toda nuestra mañana se había retrasado, lo que finalmente nos llevó a perder una cita importante con el pediatra. Desde ese día tomo mis precauciones: pongo doble alarma y no agendo ninguna actividad antes de las 10 de la mañana, mucho menos cuando estamos mi hijo y yo solitos en casa. 
  • 2. No justifiques tu reacción por nada del mundo. “No puedes decirle a un niño que le pegaste porque no obedecía”, dice Álvaro. La violencia no es un método para resolver problemas, no le des el mensaje incorrecto a tu hijo.  
  • 3. Pide perdón de corazón SIN añadir más razones a la disculpa. Dile a tu hijo que no sucederá de nuevo.
  • 4. Cuando estés sola, pregúntate si tienes las herramientas que se necesitan para reaccionar de forma positiva a las conductas de tu hijo. Tal vez puedas leer un libro al respecto, tomar un curso o asesorarte para mejorar tu autocontrol. 
  • 5.- No purgues tu culpa, es decir, no lo lleves por un helado ni lo llenes de galletas, ni le dejes ver la televisión solo porque te sientes culpable. Continúa con las actividades que normalmente hacen juntos, después de haberte disculpado y de haberle dado un abrazo con todo tu amor. 
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