¿Qué sucede con mi cuerpo cuando estoy embarazada?
Durante el embarazo es emocionante imaginar que una personita se está formando dentro de ti.
Pero, debes estar consciente que por esta razón habrá días en que te sentirás un poco extraña y te preguntes a ti misma: ¿qué sucede con mi cuerpo? ¿por qué me siento así?
Para responder estas dudas, es importante que tomes en cuenta que el cuerpo de la mujer es maravilloso y más durante el embarazo, porque tiene la capacidad de adaptarse y transformarse de acuerdo a tus necesidades, pero sobre todo a las de tu bebé.
Por ejemplo, tu cuerpo te avisa cuando estás embarazada a través de mareos, náuseas o el incremento de sueño. Tu apetito aumenta y te das cuenta que prefieres algunos alimentos por encima de otros que antes eran tus favoritos. Pero, a nivel interno, lo que realmente pasa con tu cuerpo es lo siguiente:
- El volumen de tu sangre crece aproximadamente mil 250 ml (casi 50% más de la que tienes normalmente), para que llegue la cantidad adecuada de sangre y de oxígeno al útero, a fin de que tu bebé tenga un buen desarrollo.
- Aumentan de forma natural los niveles de azúcar en sangre, debido a que las hormonas del embarazo están adaptándose y se les dificulta producir la cantidad de insulina suficiente para utilizarla eficazmente pero, no te preocupes, todas las embarazadas pasan por este proceso hormonal. Por este cambio es importante que tengas un control de glucosa durante el embarazo, así como que complementes tu dieta con suplementos alimenticios, con Myo-Inositol y Probióticos, los cuales ayudan a prevenir el desarrollo de diabetes gestacional ya que ayudan a controlar los niveles de glucosa.
- Se eleva la producción de melanina, un pigmento que le da color a tu piel; por eso a veces suelen aparecer manchas en el rostro (alrededor de ojos, mejillas o nariz), mejor conocido como paño o máscara del embarazo. Incluso, notarás que aparece una línea vertical oscura que va del ombligo a tu hueso púbico (se desvanece después del parto). Las hormonas del embarazo son las responsables del aumento de pigmentación. Incluso, si tienes pecas o lunares, pueden oscurecerse o aumentar de tamaño con la producción extra de melanina.
- Tus encías son más delicadas, por lo que te vuelves más susceptible a desarrollar gingivitis. Una forma de prevenirlo es manteniendo una buena higiene bucal.
- Tu cabello será más grueso, sedoso y brillante, gracias a la producción de estrógenos que favorecen el crecimiento en los folículos pilosos. Sin embargo, esto también genera que notes crecimiento de vello muy fino en tu cuerpo, como en el estómago, la espalda, o en el área del bigote. Todo esto cambiará después del parto, y tanto tu cabello como la cantidad de vello volverá a su crecimiento habitual.
- La textura de tus uñas se vuelve más gruesa durante el embarazo, debido al aumento del flujo sanguíneo en los dedos de manos y pies, así como a los cambios hormonales.
- Tus senos se vuelven más sensibles, mientras que el área del pezón también se oscurece y agranda durante el embarazo.
- Por su parte, el ombligo tiende a “botarse”, sobre todo en el trimestre final, pero vuelve a su lugar después del parto.
- Aumenta tu temperatura corporal, por lo que tendrás más calor que de costumbre, sudarás más y sentirás bochornos.
- Tu cuerpo produce altos niveles de hormonas de estrógeno y relaxina, las cuales hacen que se suavicen los ligamentos que sostienen a tus huesos, sobre todo las del área de la pelvis, para que tu hijo nazca sin problemas. Esto también genera dolor de espalda o ciática, pero todo vuelve a la normalidad tras el parto.
- Aumentan tus pies de tamaño debido a la producción de la hormona del crecimiento; también puedes tener inflamación en los pies y tobillos.
Es importante que tengas un monitoreo de los cambios en tu cuerpo, que lleves una guía de la mano de tu especialista médico sobre todo lo que pasa, pues sólo así podrás garantizar una buena salud para tu hijo y para ti.
Fuente: Karen Zaltzman, Coach en crianza, Livescience y Office on Womens Health de EU