Dejemos de normalizar las cesáreas, no son cualquier cosa
Las cesáreas no son cualquier cosa, sin embargo, cada vez son más las mujeres que lo ven como algo normal y que incluso prefieren una cirugía mayor en lugar de tener un parto natural.
Existe una epidemia de cesáreas innecesarias en México, dos de cada tres que se realizan lo son y 45 de 100 nacimientos son por este método, según datos de la última encuesta realizada por la Secretaría de Salud en 2015.
Los países con mayor número de nacimientos por cesárea son latinos, en primer lugar está República Dominicana, seguido de Brasil.
México se encuentra en el sexto lugar y realiza el triple de cesáreas de las que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que es entre el 10% y el 15% de intervenciones quirúrgicas.
La OMS lo dice en su declaración, las cesáreas están justificadas desde el punto de vista médico siempre y cuando la vida del bebé o de la mamá esté en peligro.
Pero no hay beneficios para la mamá o los neonatos que nacen a partir de ésta. De hecho, los riesgos son mayores a corto y largo plazo, los cuales puedes perdurar muchos años y afectar la vida de la mujer, así como cualquier embarazo futuro.
Aunque aumenta la probabilidad de sufrir hemorragia, infección, extirpación de la matriz y de lesiones a órganos vecinos, muchos prefieren esta práctica, tanto médicos como mujeres.
Yo fui una de esas mujeres a las que su médico le vendió la idea de que la cesárea era lo más sano para ambos, me comentó todo tipo de problemas que habría en un parto natural, pero jamás me advirtió sobre los riesgos que habría con una cirugía mayor. Al ser primeriza y él mi médico durante todo el embarazo, le creí.
¿Te suena familiar? De mis 8 amigas que son mamás, entre los 27 y 35 años de edad, sólo 2 tuvieron un parto natural. Sé que es una muestra muy pequeña, pero también estoy segura de que esto se replica en varios grupos de mujeres.
No obstante, los médicos que aceptan dar seguimiento a un parto natural, llegan a inducirlos para que los nacimientos sean de acuerdo a sus agendas. Mientras que un parto puede durar hasta 12 horas, las cesáreas se realizan en máximo dos horas.
Un estudio realizado en 2017 por Jimena Fritz, médica y epidemióloga del Instituto Nacional de Salud Pública, analizó la atención obstétrica en 24 hospitales y logró reducir en un 20% las cesáreas.
Fritz explica que el personal de salud ya no sabe atender partos, incluso le temen a que ocurra una complicación, pues no saben qué hacer. Gracias a ese miedo han optado por hacer cesáreas, lo que ha debilitado la práctica.
Muchos de los casos en los que se realizan cesáreas innecesarias se deben a que las mujeres nos sentimos chiquitas ante el evento, somos vulnerables y nos ponemos en las manos del otro, el médico es quien decide y no hay nada que podamos hacer en ese momento.
La recuperación también es importante. Las mujeres con una intervención de esta magnitud se sienten presionadas por estar activas casi de inmediato, sin tomar en cuenta que literal las partieron a la mitad. La recuperación de una cesárea toma semanas, incluso los 40 días de puerperio, que es la fecha en la que la mayoría de los médicos te citan para quitarte los puntos.
Necesitamos empoderarnos y buscar médicos que estén a favor del parto respetuoso, porque aunque nosotras estemos seguras y convencidas de que nuestro cuerpo es capaz, muchas veces esta decisión recae en los médicos y personal de salud.
Infórmate, lo mejor que puedes hacer es educarte sobre los partos, toma clases psicoprofilácticas, lee, busca una doula y haz todas las preguntas que tengas.
Pregunta a tu médico hasta qué momento debes ir al hospital, muchas de las cesáreas, según la Asociación son por una labor prolongada.
Si vas a dar a luz en un centro de salud público, las clases son fundamentales, ya que podrás tener el control durante el proceso y saber exactamente qué es lo que está pasando.
En caso de no ser así, busca un hospital que tenga salas de parto humanizado, para que puedas estar en diferentes posiciones durante las contracciones y no sólo acostada.
Evita si puedes la epidural y no dejes por ningún motivo que induzcan tu parto poniendo oxitocina.
Hay un sentimiento desolador cuando sabes que pudiste haber hecho más y te “conformaste”, porque tenías miedo, estabas insegura o sentiste que esa opción era más una imposición.También hay un sentimiento reconfortante cuando la cesárea salvó tu vida y la de tu bebé.
Esto cambiará el día que nosotras exijamos más, porque son nuestros derechos, de nuestras hijas y nietas.