Sé la calma que tu hijo necesita
SÉ LA CALMA…
“Sé la calma en la tormenta de tu niño.
Sé la brisa y la lluvia suave cuando sus emociones arden en fuego.
Sé la voz que invita al alivio,
no el grito que aumenta el susto y la desesperación.
Un adulto alterado/descontrolado no será capaz de contener nunca un berrinche o pataleta,
pues para pedir calma, debemos ofrecerla primero.
El adulto eres tú,
y lo que tu hijo ve de ti es lo que hará.
Si ante una situación difícil, tú explotas,
él también explotará.
Si, por el contrario, respiras,
te acercas y buscas una solución,
lo que le das es un hermoso regalo
que se llevará de ejemplo para toda la vida.
Nuestro trabajo no es ni siquiera detener el llanto o la rabia, sino acompañar, estar, amar. Sé el tipo de persona que quisieras tener al lado cuando estás muy molesto, alguien que respete y valide lo que estás sintiendo, no que trate de cortarlo prepotentemente. Sé alguien empático y amoroso, alguien que tiene la seguridad de que, pronto, todo estará mejor.”
Texto: Naomi Toma.
Qué importante recordar que cuando nuestros niños están atravesando un momento de frustración, de cansancio, de enojo lo más importante y en lo que debemos enfocar nuestra energía, no es en detener o controlar el llanto o los gritos, sino en mantener nuestra propia calma.
Recuerda, los niños no siempre escuchan a los adultos, pero nunca fallan en imitarlos. No podemos decirle “no grites” si nosotros gritamos. No podemos pedirle “no pegues” si nosotros los lastimamos. No podemos esperar que nos respeten si no se sienten respetados por nosotros.
No, no es sencillo, hace falta mucho trabajo en nosotros mismos empezando por satisfacer nuestras propias necesidades para no desbordarse, pero créeme, cosas maravillosas suceden cuando rompemos el patrón.
Así que sé la calma que tu hijo necesita. Sé el refugio, no te sumes a la tormenta.