Enseña a tus hijos a ayudar a los que menos tienen según su edad
Criando con consciencia
Por naturaleza nos gusta cuidar del prójimo. Somos seres interdependientes que nos necesitamos uno al otro; a veces nos toca estar en la posición de cuidar a los demás o de que nos cuiden.
Sin embargo, no hay que confundir la idea de ayudar a los demás, con el asistencialismo o caridad; hay que tener muy claros estos conceptos, sobre todo cuando se se trata de enseñarle a nuestros hijos a hacerlo.
El asistencialismo o la caridad es un poco la idea de dar pescados o enseñar a pescar, es decir, no hay que enseñarle a los niños a dar pescados, porque es un mensaje donde se pone a los niños en un nivel de superioridad sobre el que tiene menos.
La idea de dar sus juguetes o ropa porque a mí ya no me sirven o no me gustan, puede confundir a los niños pequeños, por lo que es importante mostrarles que pueden ayudar a su prójimo con acciones, con atenciones y demostrando sus sentimientos.
¿Cómo enseñarles según su edad?
A los niños chiquitos se les tiene que enseñar a ver la mirada del otro cuando alguien la está pasando mal, sufriendo o cuando está triste y explicarles cómo lo pueden ayudar. Y lo ideal es empezar de lo micro a lo macro.
Por ejemplo, a los niños de tres años en adelante podemos enseñarles a cuidar a su familia y amigos, a través de una caja de cuidados en casa o en el salón de clases, la cual puede contener una bandita adhesiva, un peluche, unos pañuelos u otras cosas.
La idea es que todas esas cosas le ayuden al niño chiquito a hacer sentir bien a otra persona que la está pasando mal: si su hermanito está llorando, el niño puede tomar el peluche y dárselo; o si alguien se lastima, puede ir por la bandita adhesiva y ponérsela acompañada de un besito.
En el caso de los niños más grandes, se puede hacer más grande el entorno de cuidado, pero es importante que siga siendo inmediato.
Es decir, cuando van a la primaria baja (mayores de 6 años) se les puede explicar cómo cuidar la escuela, proponer programas como invitar a un pequeño que no tenga con quien jugar a su mesa, para disfrutar de un juego de mesa o de una plática divertida para conocerse.
También pueden tener una caja donde coloquen cosas de su propio lunch para compartir con los demás.
En el caso de primaria alta (mayores de 10 años), puedes expandir más los horizontes, pero sin caer en dar lo que ya no les sirve, sino juntar dinero para comprar cosas como libros y hacer un intercambio de libros.
¿Por qué no enseñarles a ser asistencialistas?
La idea de no ser asistencialista, sino de cuidar a los demás es que sea sistemático y les brinde habilidades que hagan una diferencia a largo plazo, y no sólo que vaya a dejar sus juguetes sin saber qué pasó después.
Otros ejemplos para aprender del cuidado de los demás es adoptar a una escuela, a un niño o un asilo, donde se les ayude a cubrir sus necesidades de forma constante, para que así noten la diferencia de sus acciones.
En el caso de los adolescentes les gustan las grandes causas, es lo que les mueve, por lo que quieren ayudar a los niños de África o cosas que ellos sienten que van a hacer una gran diferencia con trabajos de mucho impacto.
Fuente: Karen Zaltzman, pedagoga y especialista en crianza.
Publicidad