Diferencia entre un niño mimado y un niño feliz
Hay muchas diferencias entre un niño mimado y uno feliz, pero lo principal son el tipo de exigencias, mientras el primero busca satisfacer sus necesidades con cosas materiales y rompe en llanto cuando no puede conseguir lo que quiere, el segundo aprende sobre el valor de las cosas, sí, también puede hacer berrinches, pero no llega a tener el mismo grado de frustración.
Cuando pensamos en los niños mimados, culturalmente se nos ha enseñado que es malo y que hay que meter mano dura para que eso no suceda, y nada puede ser más erróneo que ese pensamiento, pues tiene más que ver con la falta de límites y las cosas materiales.
Un niño no debe ser golpeado para que sea una persona fuerte, al contrario, respetarlo y ayudarle a entender sus emociones lo hará interiorizar sus valores, sus capacidades y habilidades, será mucho más seguro de sí mismo y dará lo mejor al mundo.
¿Cómo sabemos si estamos educando a un niño mimado?
Con su forma de reaccionar ante una negación y en la forma de pedir las cosas. Por lo regular piden las cosas con mucha exigencia y si reciben un no por respuesta terminan haciendo una rabieta tremenda. Sienten frustración y rabia al no obtener lo que quieren y conforme pasa el tiempo va aumentando, pues saben que gritando conseguirán su recompensa. No se preocupan ni les interesa descubrir el mundo porque tienen todo resuelto, por eso muchas cosas no las comprenden.
No digo que los niños felices no hagan berrinches, sí los hacen, pero su grado de frustración no llega a ser tan alto, tal vez se enojen y lloren, pero entienden rápidamente el por qué no lo pueden obtener y siguen con sus cosas. Se vuelven más independientes, suelen buscar respuestas por sí solos y desarrollan estrategias para lograr lo que quieren. Se vuelven curiosos y así van comprendiendo su mundo.
Con los niños mimados, su educación tiene como base las cosas materiales y su escala de valores es muy limitada, suelen preferir las cosas y juguetes caros, juzgan a las personas por lo que tienen y no por lo que son. Algo así como el primo de Harry Potter, que en su cumpleaños esperaba cada vez más regalos y si no los tenía se enojaba muchísimo.
Y no es su culpa, porque así es como lo han acostumbrado, incluso pueden llegar a burlarse de los niños que no tienen el mismo juguete porque no entiende cómo es que el otro puede vivir sin eso.
Un niño feliz, que crece en un entorno donde se siente querido y comprendido desarrolla una escala de valores basada en el amor, la comprensión, la tolerancia, la paz y solidaridad. No necesita tantos juguetes, ni cosas materiales, suele jugar y descubrir el mundo a su manera.
¿Y cómo puedo evitar tener un niño mimado?
Los límites también son amor, entre más pronto los pongas mejor. Esto no significa golpearlos o faltarles al respeto, simplemente es darles la guía de lo que está permitido.
Los niños que viven con límites respetuosos se sienten más seguros y una forma muy fácil para los papás es ponerlos a través de las rutinas.
Conforme van creciendo quieren tomar sus propias decisiones, déjalo elegir siempre y cuando sea dentro de las cosas que tu puedas controlar, por ejemplo entre dos vestidos o zapatos, o su chamarra favorita.
Si es algo que pone su vida en peligro no es negociable, como ir en la parte de delantera del auto, no usar su sillita del coche, atravesar la calle solo, escalar la ventana o jugar con cuchillos. No es no y hay que alejar al niño de la situación, lo más probable es que después venga un berrinche pero siempre puedes explicar marcando el límite.
Los niños lloran mucho y lo harán durante muchos años, están apenas conociendo sus emociones y la forma de lidiar con ellas, no caigas en el juego de por hacer que se calme y se calle le des lo que está pidiendo, sé congruente contigo y con él, pues sólo estarás creando confusiones y por lo tanto más berrinches.