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Existe un tipo de sobreprotección que le hace daño a tus hijos 

Publicado: 13 de Agosto 2018
Criando con consciencia
Foto IG: mamaporsorpresa
Foto IG: mamaporsorpresa

Una mamá sobreprotectora es aquella que está siempre al pendiente de que nada le pase a sus hijos, trata de resolverles todo y evitará siempre cualquier situación que pueda ponerlos en riesgo. 

 

Esto muchas veces es una situación que nada tiene que ver con el peligro y mucho con la percepción y los miedos internos de la madre.

 

Los psicólogos dicen que es típico de aquellas mujeres que crecieron con vacíos afectivos y falta de atención, cuando ellas se convierten en madres tratarán de hacer todo para que sus hijos no tengan estos sentimientos, por lo que estarán constantemente encima de ellos. Esto no es exclusivo de las mujeres, también los papás llegan a ser sobreprotectores.  

 

Esto también es conocido como el Síndrome de Wendy por el cuento de Peter Pan, él al no querer crecer y ser un niño para siempre, Wendy se convirtió en la persona que lo protegía y cuidaba para que no le pasara nada.

 

Karen Zaltzman, coach de crianza certificada por el Parent Coach Institute, nos dice que los niños tienen un impulso natural por explorar el mundo, los niños chiquitos en particular consideran a sus papás como su brújula y su guía de lo que está bien y está mal en el mundo. 

 

"Si constantemente nos están viendo para decidir si las cosas están bien o mal y nosotras siempre mandamos el mensaje de que el mundo es un lugar peligroso, ellos lo interiorizan y terminan limitando su impulso y deseo de exploración".  

 

CÓMO SABER SI SOY SOBREPROTECTORA 

 

  • Los padres sobreprotectores buscan ser importantes e imprescindibles en la vida de sus hijos, por lo que llegan a responsabilizarse de la mayoría de las tareas. 

 

  • Evitan que los niños tengan tareas en casa para que no se desgasten o evitar algún conflicto familiar. 

 

  • Evitan la frustración de los niños, por lo que se encargan de eliminar cualquier obstáculo. 

 

  • Le temen al conflicto. 

 

  • Son muy generosas con su tiempo y dedicación, por lo que siempre se dejan de lado. 

 

  • Permiten que las necesidades de los demás estén por encima de las suyas. 

 

  • Justifican los actos de los niños aún cuando saben que no son correctos o beneficiosos. 

 

  • Mienten acerca del comportamiento de sus hijos para hacerlos quedar bien ante los demás. 

 

CÓMO CAMBIAR EL CHIP Y DEJAR DE SERLO 

 

  • La idea es mantener espacios y buscarle a los niños lugares en donde puedan explorar. 

 

  • Crear espacios de sí en donde no estés todo el tiempo limitando al niño. Haz tu casa el lugar más seguro para que puedan explorar, soltarse y no tengas que estar persiguiendolos. También busca espacios exteriores donde puedan hacerlo. 

 

  • En un parque, en lugar de decir todo el tiempo cuidado o bajarlos a cada rato, es mejor hacerles sombra sin que se den cuenta para poderlos cachar si se llegarán a caer, pero lo mejor es dejarlos que suban bajen exploren y los guíe su propio instinto e impulso. 

 

  • Los niños chiquitos no tienen consciencia del peligro, pero lo mejor es tratar de mantenerlos lejos de situaciones peligrosas.

 

  • Las cosas de verdad peligrosas, como cruzar la calle, estar en un lugar público y mantenerse cerca de mamá, no es negociable. 

 

 

Muchas veces los problemas de seguridad están más en nuestra cabeza.

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