Mi hija llora por todo, ¿qué debo hacer?
Estos últimos días mi hija ha tenido momentos muy difíciles, no sé si se trata de una etapa o esta nueva normalidad, pero llora todo el tiempo.
No porque algo le duela o esté enferma. Llora si le digo que no, si no le doy lo que me pide en ese mismo momento, si le pido que espere un poco o si le marco un límite.
Pero otras veces, me pide las cosas ya llorando, sin articular palabra alguna, y yo entro en frustración casi de inmediato tanto que me he encontrado con frases como: ¿por qué me lo pides llorando?, ¿por qué lloras de todo?, ¡pide las cosas bien!
Y en ese momento, todos mis recursos para no gritar y enojarme se van por la borda.
Si bien es cierto que el llanto de los niños es una forma de comunicar algo que les está pasando y que el calificar a un niño de llorón tiene más que ver con la tolerancia de los padres, también estoy segura que más de alguna está viviendo esto debido al encierro.
Estos llantos pueden deberse a frustraciones que los niños no están pudiendo manejar, al estrés, al hartazgo de no poder salir y convivir con otros niños con los que aprenden a manejar sus propias frustraciones.
Así como a no saber manejar sus emociones, lo cual es completamente normal y esperado en niños de 2 a 4 años.
¿Qué debemos hacer?
Primero validar sus emociones y ponerles nombre, así el llanto podrá ceder cuando no es necesario.
Y segundo, ayudarles a superar la frustración, incentivándolos a que lo intenten de nuevo, acompañándolos, explicándoles que es lo que están sintiendo.
Es importante identificar el tipo de llanto y la frecuencia, por ejemplo que entre todas las respuestas disponibles que tu hijo podría darte, lo primero es el llanto, no intenta negociar, cambiar el juego o pedir ayuda.
La respuesta que como papás tengamos es crucial, si corremos a solucionar sin enseñarles a manejar la frustración, lo más seguro es que el niño siga con el patrón de llanto porque le funciona, sin ser precisamente una manipulación.
Si estamos marcando un límite y cedemos al instante en el que lloran, igual.
Este rescate de la frustración no les permite comprender la situación ni tampoco manejar sus emociones respecto a eso.
Como papás debemos buscar que cada acción le permita ser cada día más autónomo, y para lograrlo habrá muchos momentos de frustración y obstáculos.
Para poder hacer las cosas por sí mismos deben practicar y superar pequeñas dificultades, y cuando lo consiguen, es un gran logro para ellos y para su autoestima.
Y a nosotros solo nos queda acompañarlos en este proceso con toda la paciencia del mundo y mucho amor.