Educar a tus hijos usando consecuencias y no castigos forma personas responsables y conscientes
Educar con consecuencias no es lo mismo que poner un castigo, ni tampoco se trata de una forma bonita de hacerlo, tiene un trasfondo mucho más profundo y beneficioso, además de ser más respetuoso.
Poner un castigo no siempre trae una lección para ellos, mientras que las consecuencias sí pueden llegar a hacerlo. Se trata de ir al fondo, no de lo que hay externo sino de lo que está pasando internamente para ir ahí, reparar y mostrar el camino.
Las consecuencias están relacionadas con la conducta que queremos cambiar, son proporcionadas, se producen de manera casi inmediata, y lo más importante, no se busca fastidiar al niño sino mostrarle la forma correcta.
Es importante entender las consecuencias naturales, que son las que pasan lógicamente después de un acto, por ejemplo: que si se cae el vaso de leche hay que limpiarlo, si sales sin suéter te dará frío, o que si no comes en la hora que tienes que hacerlo después de dará hambre.
Este tipo de aprendizaje llega hasta el interior y es el que muchas veces le enseña más al niño que cualquier frase que le digamos, sin embargo, muchos de los padres prefieren limpiar antes el desastre que acaba de ocurrir ellos mismo, porque podría ser que el niño manche más.
Es por eso que antes de aplicar las consecuencias naturales hay que evaluar si el niño está listo para eso, si la situación va acorde a su desarrollo, o si se encuentra en peligro, de lo contrario habría que aplicar consecuencias lógicas, las cuales tendrían que ser anticipadas, relacionadas con lo que queremos corregir y respetuosas.
Por ejemplo si queremos que el niño meta su ropa sucia al bote para lavar, habrá que colocar primero un bote en su cuarto, ver si tiene la madurez y el entendimiento para hacerlo, y avisarle que si no lo hace, no lavaremos su ropa y por lo tanto no podrá usar su playera favorita.
Hacer acuerdos desde antes sobre rutinas y lo que queremos que el niño haga debería se parte de la comunicación familiar, otra cosa que te puede ayudar es hacer esquemas de los cuidados personales con dibujos, esto ayudará mucho cuando los niños no se quieren bañar o lavar los dientes por ejemplo.
¿Por qué los castigos no funcionan pero las consecuencias sí?
Los castigos no funcionan. Quizá en ese momento en el que castigas tú te sientas con poder, pero no le estarás haciendo ningún favor a tus hijos. Ningún tipo de castigo funciona: ni el castigo físico, ni el castigo privativo y ni mucho menos el castigo psicológico.
Las consecuencias sí funcionan porque permiten al niño tener el control de lo que va a suceder y además, se les da la oportunidad de hacer esfuerzo para controlarse y pensar si realmente quiere hacer algo que puede estar mal. Las consecuencias educativas tienen que ser inmediatas y sobre todo tener una coherencia para que los niños entiendan. Además, es importante que una vez que se aplica una consecuencia, los padres sean firmes.
Por ejemplo, si el niño no ha hecho la tarea y ya es de noche y tarde, la consecuencia es levantarlo media hora antes de su hora habitual para que los haga.
Ejemplos prácticos de cómo aplicar consecuencias y no castigos.
Escenario 1: Es hora de irse al parque y tu hijo se niega a ponerse los zapatos.
- Consecuencia : Tendrá que sentarse en un banco contigo en el parque en lugar de jugar porque no es seguro jugar en el patio de recreo sin zapatos.
Escenario 2: Tu hija arroja toda su sopa en el piso a la hora de la cena.
- Consecuencia : Ella no podrá comer ningún guisante.
Escenario 3: Tu hijo deja sus juguetes afuera, a pesar de los recordatorios para limpiarlos .
- Consecuencia : Lloverá y uno de sus juguetes favoritos se descompondrá.
Escenario 4: Tu hija molesta a su hermana.
- Consecuencia : Su hermana no querrá jugar con ella.
Escenario 5: Tu hijo está corriendo dentro de casa cuando tú le pediste que no lo haga.
- Consecuencia : Una lámpara se rompe y él tiene que usar su domingo por varias semanas para pagarla.
Las consecuencias naturales son una de las mejores maneras de mostrarles a los niños que sus elecciones tienen un impacto, tanto en ellos mismos como en los demás. Sin embargo, los niños deben poder ver el vínculo entre la acción y las consecuencias para que esto sea efectivo.
La comunicación es la clave, así como llegar a acuerdos y dejarlos participar en la decisión de las rutinas.
Fuente: María Soto, Educa Bonito con Disciplina Positiva; Alberto Soler, Hijos y padres felices.