Deja que tu bebé haga las cosas a su tiempo, NO tengas prisa
Desde que nace el bebé, las mamás empezamos a preocuparnos si hace todo lo que debería de acuerdo a su edad. Incluso, si hay niños cerca empezamos a comparar todo y empezamos a preocuparnos si no ha hecho lo que el otro ya hace.
Y para colmo, no solo basta con nuestras dudas de mamá primeriza, sino que también los familiares empiezan a comparar y a observar a nuestro hijo y, por ende, es típico que escuches frases como: “a su edad mi hijo ya se sentaba solo”, “caminaba solo”, “balbuceaba o hablaba más”, “señalaba lo que quería”… Uff, mil comparaciones.
Todo lo anterior solo hace que nos preocupemos y pensemos que nuestros hijos van atrasados o que algo está mal en su desarrollo, y es cuando empezamos a querer adelantar procesos (que no deberíamos) y que tienen un impacto negativo en nuestros hijos, como los siguientes:
Darle probaditas antes de los seis meses.
Los bebés deben alimentarse exclusivamente de leche materna durante los primeros seis meses. Este tiempo sirve para que su sistema digestivo madure y reciba todos los nutrientes que necesite. Esa frase de “una probadita no hace nada”… es mejor ignorarla, ya que puede ocasionar alergias más adelante.
Sentarlo sin apoyo.
Tomar de las manos al bebé y levantarlo hasta sentarlo sin apoyo antes de los seis meses de edad ocasionará molestia en la espalda y cuello.
Ponerlo a gatear antes de los ocho meses.
Aún no tiene la madurez necesaria en sus piernas y brazos para sostenerse, además de que no asimila muy bien lo que debería de hacer (arrastrarse).
Llamarle la atención por aventar objetos.
Todos los niños intentarán, cada vez que puedan, aventar los objetos de su alrededor, para observar lo que ocurre. Es una forma de aprendizaje, pero si lo regañas por hacerlo sólo inhibirás parte importante de su desarrollo y de ver cómo funciona el mundo.
Ponerlo a caminar antes de los 10 meses.
Adelantar este proceso hará que aumente el riesgo de caídas o accidentes porque aún no está listo para sostener su cuerpo ni equilibrarlo.
Quitarle el pañal antes de los 18 meses.
Su organismo se prepara día con día para cumplir ciertos objetivos y uno de ellos es el control de esfínteres, el cual no está listo hasta después del año y medio. A esa edad su cuerpo ya maduró para distinguir las necesidades como hacer pipí, popó, seguir órdenes y comunicarse.
Evitar que se ensucie al comer.
Obligar a los bebés a que usen los cubiertos para comer es inhibirlos de un aprendizaje importante. Los pequeños exploran y conocen todo lo que les rodea a través de los sentidos, así que es básico que se ensucie al comer, que lo haga con las manos y descubra todas las texturas, olores y sabores de la comida.
Forzarlo a hablar.
Cada niño es diferente y se nota más al momento en que expresan su primera palabra. Es normal que empiecen a los seis o siete meses con balbuceos, señalamiento de objetos, pero su primera palabra con significado la dirá cerca de los 12 meses.
Todos, absolutamente todos los niños son diferentes y tienen un proceso de desarrollo y maduración distinto; y también es cierto que existen algunos estándares de desarrollo para identificar si un pequeño está creciendo sano.
Para encontrar un punto medio entre estas dos situaciones, lo mejor es dejar de comparar a los niños y preguntar cualquier duda a un especialista, que será el encargado de observar y revisar al pequeño y dar un diagnóstico adecuado. No nos adelantemos y dejemos que nuestros hijos crezcan sanos y felices A SU TIEMPO.