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Cuando los niños prefieren a uno de los padres… y no eres tú

Publicado: 20 de Marzo 2020
Vida de papá
Foto: IG @sheridaningalls
Foto: IG @sheridaningalls

A mi hijo le encanta pasar tiempo con su papá, se divierten, se carcajean y espera con ansias el momento en el que llegará su papá del trabajo. No hay duda alguna, uno de sus padres es su favorito... y no soy yo.

 

 

Es tan intensa la conexión que existe entre ellos que cualquiera lo nota enseguida. Incluso, al momento de dormir, prefiere que su papá lo acompañe y le cuente las historias de la noche. Al inicio puede ser desconcertante y puede doler un poco, pero lo importante es entender el momento que viven nuestros hijos.

 

 

Es un hecho que nuestros hijos nos aman a los dos padres por igual, aunque muchas veces nos parezca lo contrario. Es muy común que prefieran al papá o mamá que le permita quedarse despierto más tiempo, el que hace más divertido un juego o el que le cumple sus antojos.

 

 

Sin embargo, esta preferencia va cambiando con el tiempo, con sus afinidades, sus necesidades y con su desarrollo. Sólo basta con recordar cómo los primeros 12 meses de vida, las mamás somos la compañía que busca durante las 24 horas del día.

 

 

Es normal que como mamás queramos ser las favoritas, pero lamentablemente no siempre es así, en algunos niños llegará este momento en el que su papá lo sea todo para él y en otro, volveremos a ser su confidente.

 

 

Entonces, ¿cómo debemos tomar esta actitud si somos la mamá o el papá que no es el “preferido”?

 

 

1. Reconocer por qué queremos ser el padre favorito y entender que no es algo personal, no es algo que hagan para molestarnos o lastimarnos.

 

2. Entender que los niños pequeños, sobre todo, viven en el momento y dicen las cosas como ellos lo sienten en ese minuto. Por eso, los rechazos son temporales y superficiales, según Janet Lansbury, especialista en crianza.

 

3. Pensemos que nuestros hijos se sienten seguros al rechazarnos porque no dudan de nuestro amor hacia ellos, por lo que hay que respetar su preferencia.

 

4. Comprendamos que la elección es algo bueno, porque significa que se ha formado un apego seguro con la mamá o papá que no es “el favorito”.

 

5. En caso de que el favoritismo sea muy fuerte y dure mucho tiempo vale la pena revisar la relación con nuestro hijos. ¿Estamos controlando constantemente?, ¿le damos prioridad a “operar” y acabamos sin conectar? 

 

6. Recuerda que la relación se construye con conexión. No podemos obligar a alguien a querer a otra persona, así que espera a que no esté tu pareja o que tu hijo esté tranquilo para jugar y reír con él. 

 

 

Por todos estos motivos tratemos de tener momentos más divertidos con nuestros hijos, de entenderlos, pero sin descuidar los límites respetuosos que necesitan.

 

 

 

 

Revisado por Karen Zaltzman, Pedagoga especializada en crianza.

Fuente: Ellen Weber Libby, psicóloga especialista en terapia familiar y autora en Psychology Today.

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