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Acostarte con tu hijo hasta que se quede dormido NO es un mal hábito

Publicado: 30 de Junio 2018
Criando con consciencia
Foto: IG @chasingthesummerfields
Foto: IG @chasingthesummerfields

Antes de que te des cuenta, vivirás con puertas cerradas y toda conversación será acerca de su independencia… ya no necesitarán más tu calor o sentir tu compañía para quedarse dormidos.

 

Muchas mamás  casi todas las noches  comenzamos  el  ritual  para  dormir,  el  cual  casi  siempre empieza con un baño,  leer un libro,  ir apagando  casi  todas las luces, arroparlos, poner canciones suaves, abrazar, cargar,  besar, contar  cuentos  hasta  terminar por acostarnos con ellos y estar ahí, pegaditos para que puedan dormir.

 

Queremos  que se vayan  a  dormir  temprano,  porque hay  miles  de cosas que todavía nos quedan hacer:  ver  una serie con  la pareja, leer, terminar  de  trabajar,  lavar  trastes,  arreglar  mochilas  o dormir; labores que jamás terminan.

 

Entre las 7 y las 9 de la noche tenemos un tiempo que bien podría considerarse como tiempo muerto, pero para mí, a pesar de las prisas por querer  tener todos los demás pendientes listos, es uno de los momentos  más íntimos  que  tengo con mis niños,   durante  estos  momentos  hay  risas y alegría, o cansancio  y  llanto,  todo depende del día, pero siempre hay te amos, besos y caricias. Hay historias que sucedieron  durante  el  día,  hay  secretos  que  nos quieren contar, es un momento de conexión real. 

 

Y aunque  acostarme  con ellos  a  veces  son 10 minutos, otras son horas, calmo mi desesperación y pienso en que si mis hijos necesitan ese momento, no es por inmaduros, o dependientes, sino porque sus papás somos su cueva de seguridad, su tierra firme, su certeza.

 

 

Y  eso  que no  estoy  hablando  de colecho.  Me gusta pensar que lo que hoy hago por ellos, aunque para muchos papás no esté bien, o sea incorrecto, de alguna forma les ayudará en un futuro, los hará sentirse más seguros, sin miedos, sin vacíos y eso mismo podrán enseñarlo a sus hijos.

 

Porque llegará un momento en donde querrán dormir solos, pedirán que cierres la puerta, que les des espacio, que dejes de ser tan empalagosa, y si ahorita podemos ser una manada, para mí es lo mejor.

 

No trato de convencerte, respeto si no piensas igual, sólo quiero compartirte que para mí, este hábito me hace sentir más conectada a ellos, más presente, más segura. Si a esto le añades las horas que pasamos separados por trabajo y escuelas, estas horas se vuelven sagradas, nos aprovechamos.

 

Cada noche es una menos, y no lo digo de una forma fatalista, pero los niños crecen a la velocidad de la luz y su infancia no se repone, no regresa, no se compensa.

 

No te desesperes, llegará el día en que duermas en tu cama completa, a tus anchas. Algún día dormirán sin pedir nada hasta el día siguiente.

 

 

Texto inspirado en @karlaDoula

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